LA TOSKA MANDA!!!!
Empiezo la crónica de mi
participación en la prueba Cortes Naturaleza Extrema con esta expresión
inspirada en aquella célebre pintada que despide a aquellos que pasan a la
altura de las Casas Nuevas, y que sitúa a la mayoría de los setenileños en la
tesitura de sentir un poco de frustración por este atentado a nuestro orgullo
colectivo, a la vez que no podemos evitar sonreírnos ante esta muestra de humor
alcalareño.
No obstante, hay veces en la que
desde nuestro pueblo podemos sacar pecho, y presumir de lo que somos capaces de
hacer cuando nos unimos y nos proponemos avanzar todos a una, como viene
haciendo el CD Artanaca en los últimos tiempos, acudiendo a muchísimas citas
deportivas de nuestra comarca, siempre dejando muestras que somos un grupo de
deportistas setenileños que aspiran a pasarlo bien allá donde sea menester.
Poco a poco, nuestra
participación empieza a ser reclamada por cada vez más organizadores de eventos
deportivos de nuestro entorno, sabedores que haya donde acude nuestro club,
está garantizada una nutrida participación de los nuestros, contribuyendo al
éxito y consolidación de la prueba que se trate.
El día de la CNX2013 tenía
programado el despertador para que sonara a eso de las 6,00 de la mañana, pero
los nervios y mis hijas se aliaron para que apenas pudiera descansar en toda la
noche, decidiéndome a eso de las 5,45 que ya estaba bien, y que era la hora de
levantarse.
Lo primero que hago es dar un
último repaso a todo el equipo que había preparado la noche anterior, para que
no ocurriera como otras veces que se me olvidan la mitad de las cosas. Tras
comprobar que todo está en orden, me preparo un buen café mientras empiezo a
mandar algunos wasaps a los compañeros, pero se ve que a esas horas están aún
durmiendo como benditos.
Sobre las 6,25 me dirijo a
recoger a Cedeño, ya que teníamos que instalar el transportin para su bicicleta
en mi coche. Esta operación, que en cualquier otro momento se realizaría en un
par de minutos, antes de amanecer se hace complicadísima, pero desde luego fue
un motivo para las primeras carcajadas de la jornada, ya que entre bromas, no
llegamos a descartar que Cedeño tuviera que irse montado en bicicleta hasta
Cortes de la Frontera.
Una vez preparada la bicicleta y
todo lo demás, nos dirigimos a boxes (zona de la pizzería), a reunirnos con el
resto del equipo donde hago recuento de todos los Artanaca que tomarán parte en
la prueba de hoy. Así compruebo que en bicicleta, además de mi socio Cedeño,
van Romero, Antonio Zamudio, Juan Domínguez, Joseito, Juan Cristóbal, Santi
Porras, Javi Carreras, Jaime Porras y Paco Vargas. A pie participaríamos
Bartolo, Rafael Durán y yo mismo. Posteriormente en Cortes se nos unió Javi
Domínguez, que viajó por su cuenta.
Tengo que hacer en este momento
mención especial a Juan Parras, que no pudo participar por estar lesionado,
pero que acudió a apoyar a su equipo, y contribuyó de una manera importantísima
a que el buen ánimo y el buen humor del grupo no decayeran en ningún momento.
El pobre pasó un día bastante nervioso, porque es todo un deportista que tuvo
que ver, en esta ocasión, “los toros desde la barrera”, y al que todos deseamos
que supere estos problemas en su rodilla y que pronto vuelva a darlo todo en
carrera.
Nos ponemos en marcha y nos
dirigimos a La Fragua, en Ronda, a desayunar. Allí todos dimos cuenta de esas
“alpargatas”, que se están convirtiendo en toda una tradición Artanaca antes de
cada competición, y que aportan la energía necesaria para acometer con
garantías el reto que nos aguardaba.
Desde aquí ya nos vamos directamente
a Cortes de la Frontera, donde aparcamos, vamos a recoger los dorsales y vamos
comprobando el enorme ambiente que hay en el pueblo, como corresponde a una
cita deportiva plenamente consolidada y que cada vez atrae a más y más gente.
Sin más, y atesorando cada vez
más nervios, nos situamos todos en el cajón de salida de las bicicletas,
sabedores ya que la salida para ellos es inminente. Como ya somos veteranos en
estas lides, pasan los minutos mientras saludamos a otros compañeros con los
que hemos coincidido en alguna prueba anterior, nos deseamos suerte de manera
mutua y nos emplazamos a la celebración posterior a la carrera.
Tras la salida de los ciclistas,
Rafael, Bartolo y yo nos dirigimos a la línea de salida de corredores,
comprobando que apenas vamos tomar parte unos 60 participantes, y pasando a
bromear acerca de la “estrategia de equipo” que vamos a seguir en esta ocasión.
La organización nos comunica algunas indicaciones a tener en cuenta a la hora
de atravesar las calles del pueblo y sin más da inicio la competición para
nosotros.
Nada más empezar veo como mis dos
compañeros se adelantan buscando el ritmo que mejor les venía, y yo ya me
concentro en encontrar el mío propio. Atravesamos las distintas calles de
Cortes de la Frontera hasta que en 5 minutos abandonamos el pueblo y tomamos
unos senderos ascendentes y muy estrechos, que hacen que los primeros 3
kilómetros nos obliguen a superar un desnivel considerable. Alcanzamos por fin
la carretera, donde continuamos ascendiendo un par de kilómetros más, hasta
alcanzar el primer avituallamiento, donde aprovecho para hidratarme como
requiere el calor de justicia que poco a poco va apareciendo.
Una vez arriba, empezamos a
descender hasta el rio, ya en el kilómetro 10. Transitamos por aquí por un
entorno absolutamente espectacular, aunque con algo de riesgo ya que no hay
sendero ni vereda, así que el ir campo a través con tanta piedra supone un
riesgo importante para la integridad de los corredores. A mí mismo se me dobló
el tobillo en un momento dado, lo que hizo que me preocupara ante el alcance de
la posible lesión. No obstante, el trabajo con Ivan en el gimnasio (hemos
estado trabajando la estabilidad, jajajajaja) parece que dio sus frutos y todo
quedó en falsa alarma.
Superados esos miedos, continuo
descendiendo y me van superando algunos participantes, lo que hace que me
agobie un poco, ya que considero que debería avanzar a otro ritmo, alcanzando
el final de la bajada en el kilómetro 10, donde tenemos otro avituallamiento,
en el que me concedo un par de minutos de descanso para refrescarme y hacer un
repaso mental a lo que se me acerca.
Y es que estoy a punto de darme
de bruces con una de las subidas mas importantes, no sólo de esta Cortes
Naturaleza Extrema, sino también de todo el calendario de montaña que afronta
el CD Artanaca Setenil. Supero las primeros tramos llanos y ascendentes, hasta
que por fin me encuentro acometiendo de lleno El Cortafuegos, una pared en toda
regla con unos desniveles de órdago, que se suele atragantar a todo el que la
acomete. A pesar de todo, conocer el recorrido por haber participado en la
edición del año anterior me facilitó el ascenso y de que manera. Si el año
anterior se me hizo interminable, este año ascendí de una manera mucho más
ágil, llegando arriba con unas sensaciones increíbles. Además, en la subida
pude superar a algunos participantes que me pasaron en la bajada, lo que me dio
un subidón de moral determinante de cara a lo que quedaba de prueba.
Las sensaciones son tan buenas
que llego incluso a preocuparme. He superado la parte, posiblemente, mas dura
del recorrido y me siento tan bien, que pienso que antes o después tendrá que
venir “el tio del mazo” a golpearme con todas sus fuerzas, por lo que me
dispongo a acometer los kilómetros de bajada que tocan intentado dosificar las
fuerzas.
El terreno es muy propicio para
trotar, lo que hago sin dilación, alcanzando y superando a algunos
participantes, hasta que coincido con Alejandro, un participante sevillano con
el que entablo conversación y culmino el descenso llegando al avituallamiento
situado, aproximadamente, en el kilómetro 25. Ahí aprovecho para ingerir toda
la fruta que puedo, ya que me había comentado el compañero que me encontraba un
poco pálido, posiblemente por la falta de sales minerales, así que es el
momento de reponer fuerzas.
No obstante, en este punto soy
consciente de que estoy haciendo una buena carrera y que si continuo así puedo
hacer un grandísimo tiempo en meta, lo que me aporta un extra de moral para lo
que resta de carrera.
Tras el avituallamiento, nos toca
otros 3 kilómetros de subida constante, que afrontamos andando tanto el
compañero Alejandro como yo, pero que sin pausa logramos superar, al menos en
lo que a mí respecta. Ya estamos en el kilómetro 29, en un tramo de carretera
que se me hizo muy duro el año anterior, por lo que lo asumo con muchísima
cautela. Comenzamos a trotar y vamos avanzando cuando el compañero se detiene
por calambres en las piernas y me indica que continue, que enseguida tratará de
darme alcance. Yo, aunque sigo sintiéndome bien, no quiero tentar a la suerte y
sigo avanzando, ya que soy consciente de que a las alturas de carrera que
estoy, hay que aprovechar las fuerzas que quedan para alcanzar la meta.
Consigo superar el tramo de
carretera sin parar de correr, lo que me hace sentir muy bien. Voy por el
kilómetro 33 y he conseguido todos mis objetivos que me había trazado hasta ese
momento, lo que me reconforta. No obstante, conozco lo que me queda por
delante: un par de kilómetros de descenso por una trocha atestada de piedras,
donde me tocará sufrir, ya que a pesar de las buenas sensaciones, las ampollas
con las que terminé el Homenaje a la Legión no se han curado del todo y el
terreno que viene me hará mucho daño.
Todo sucede como venía pensando;
en apenas 5 minutos los pies los tengo absolutamente reventados, así que me doy
cuenta que ahora toca avanzar con inteligencia. No puedo arriesgar la
grandísima carrera que había hecho hasta el momento, así que decido continuar
andando, intentando minimizar el daño que el terreno me estaba haciendo.
Por fin termino la bajada cuando
toca afrontar el enorme repecho que nos da entrada en Cortes de la Frontera.
Son apenas 200 metros pero de un desnivel absolutamente impresionante. Por
fortuna, el subidón de moral que llevo hace que las molestias físicas queden en
un segundo plano, y lo supere sin apenas darme cuenta, entrando de nuevo en el
pueblo.
Tras superar un par de calles,
acometo las rampas previas a la línea de meta, cuando veo a Bartolo, Juan
Cristóbal, Romero y Antonio Zamudio que ya han entrado en meta y se dirigen a
los coches a por los macutos. Tras el preceptivo choque de manos con los
compañeros continúo avanzando y ya recibo los primeros aplausos desde la meta,
donde se encuentran la mayoría de los nuestros que habían acabado hasta ese
momento, así como algunos acompañantes. Ahí se viene conmigo mi socio José
Antonio Cedeño Jr., a acompañarme en mi entrada en meta, lo que hizo aún mas
especial mi final de carrera. Este momento es indescriptible.
Al final alcanzo la meta con las
piernas algo tocadas, pero muy satisfecho por la carrera que he hecho, ya que
terminé rebajando mi tiempo en mas de 30 minutos respecto del que hice en la
edición anterior.
Inmediatamente paso a buscar a
los compañeros que han entrado en meta, localizándolos y confirmándome que se
encuentran bien, debiendo reseñar alguna que otra caída, de la que da buena
muestra las rodillas y los codos ensangrentados, aunque sin mayor
trascendencia. Asímismo, nos disponemos a esperar a los que aún restan por
entrar en meta.
Quiero felicitar a todos y cada
uno de los Artanaca que participaron en esta edición de la Cortes Naturaleza
Extrema, por el grandísimo papel que han hecho, fundamentalmente a los
debutantes, Javi Carrera, Jaime Porras y Paco Vargas, reconociendo el enorme
mérito que tuvieron al terminar la prueba y esperando que vuelvan a repetir en
alguna ocasión con nosotros.
También quiero agradecer a
nuestros acompañantes, que se tomaron la molestia de acudir a apoyarnos y
animarnos en la línea de meta: Silvia Gutiérrez, Sonia González, David Robles,
José Antonio y David Parra y a Antoñín,
que este año no ha participado pero que acabó haciendo más kilómetros que la
mayoría de nosotros.
Por último, agradecer a la
organización de la Cortes Naturaleza Extrema la oportunidad que nos brinda de
disfrutar del entorno inigualable por el que discurre la prueba. Esta edición
ha sido espectacular, consiguiendo pulir algunos detalles sobre ediciones
anteriores, lo que hace aún mas grande esta cita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario