El pasado 11 de mayo, tuvo lugar una
de las carreras más importantes de España, concretamente situada en el sur de
este país. Dicha prueba requiere de mucha exigencia tanto física como mental.
En esta carrera todos los participantes coinciden en algo y este algo es el
sueño de poder terminarla, de poder cruzar esa línea de meta tan esperada.
La prueba a la cual me vengo
refiriendo es la llamada 101
Km en 24 horas de Ronda, en la que hay tres modalidades: MTB, duatlon y
marcha, siendo esta última a la que yo me enfrento.
Ese día por la mañana bien temprano
(7:30h), quedamos todos los Artanacas en la parada donde nos reunimos para
tomar dirección Ronda. Aquí se mostraban los primeros nervios.
Emprendimos el viaje rumbo a Ronda
donde dejé a mis compañeros Artanacas para entablar mi camino.
Sobre las 8:15h, fui a desayunar a la
casa de mi tía Paca, donde mi prima me estaría esperando con un buen desayuno
para coger fuerzas y llenarme de energía.
A eso de las 9:15h, empecé a
prepararme y vestirme y esto hizo que me pusiera más nervioso y tenso de lo que
ya estaba. Empezaron las primeras llamadas y mensajes para darme ánimos, de lo
cual estoy enormemente agradecido.
Media hora mas tarde aproximadamente,
me dirigí hacia el campo de futbol. Una vez allí, percibí y sentí el
espectáculo que esta carrera desprendía.
Ya dentro del campo de fútbol, estuve
con mi gran socio Bartolo que estaba allí con su sobrino Juanillo, el cual iba
a realizar los 101km en modalidad infantil. Bartolo, me dio consejos como lo
hace siempre cosa que me tranquilizó. ¡GRANDE BARTOLO!
A las 10:30h, empezó la salida de las
bicicletas y como no me la quise perder, allí estaba yo en primera fila para
poder ver a mis compañeros de Artanaca y desearles lo mejor para este gran momento.
Aquí quiero hacer un pequeño
hincapié: no se si fue la emoción de ver tantas personas saliendo en bicicleta
o el mirar hacia atrás y ver miles de personas todos con la misma ilusión
hicieron que llorase durante un rato. Es aquí cuando siento lo que realmente
son los 101 Km .
Además de 101
kilómetros , tiene más de 101 historias, sacrificios,
sufrimientos. Aun así, vale la pena sufrir para estar ahí.
Una vez finalizada la salida de los
ciclistas llegó nuestro turno, el turno de los marchadores y la verdad fue
increíble ver como todos los corredores “volaban” para situarse en una buena
posición en el cajón de salida.
Antes de la salida, hicimos el
“Ritual” e inmediatamente el pistoletazo de salida.
En los primeros metros, apenas se
podía correr. Aún con nervios empecé a trotar y al pasar por el puente nuevo
estaba mi novia para darme los últimos ánimos de la carrera.
Dejando Ronda atrás, empezamos a
aventurarnos. Mi comienzo fue un poco malo, no podía correr debido a la gran
cantidad de personas que había disfrutando de esta prueba, esto hizo que me
agobiara un poco. Yendo dirección al Pilar de Coca estaba Ignacio esperándome
para darme agua, además de consejos. ¡Te eché de menos!
Una vez pasado el Pilar de Coca,
cogimos dirección Puente de la Ventilla, donde me sorprendí por la gran
cantidad de personas que había para dar ánimos y donde de nuevo se encontraba
el gran Ignacio para volver a darme agua y powerade e incluso para correr
conmigo algunos metros. ¡Que
grande eres crack!
Pasado el puente de la ventilla, nos
adentramos en las navetas, recorrido al que yo le temía más debido a lo mal que
lo pasé el año pasado. Pero esta vez no fue así, ya que cuando quise darme
cuenta ya estaba en la “Parada” es decir, no me quedaba nada para salir.
Deprisa comí y salí como una escopeta para no enfriarme.
Pasando las Navetas,
con una sensación excelente, pusimos rumbo a Arriate. En esta parte de la
carrera, fueron los pasos más duros, llegando a Arriate, noté como el gemelo
izquierdo se me subía y es ahí cuando pensé que la carrera había acabado para mí.
Por Arriate, me encontraba muy mal
psicológicamente, pero las continuas llamadas de mis amigos y de Laura,
añadiendo el empujón de fuerza que me dio el gran Bartolo que se encontraba allí,
hizo que no pensara en nada más que en disfrutar, pero inevitablemente en el
Cerro de las Salinas me dio un bajonazo, un bajonazo que me dejó K.O. Aunque la
“salvación” la encontré en un compañero que empezó a comerme la cabeza y sin
darme cuenta estaba en la cima. ¡GRACIAS CIENTOUNERO!
Aunque ahí no concluyó el bajonazo,
ni el dolor en el gemelo, aún seguía mal pero decidí correr pensando que si
corría poco a poco todo acabaría. Y así fue, después de parar en el Puerto del Monte,
donde me esperaban mis padres con más agua y powerade, seguí corriendo pasando
la romería de mi pueblo. Poco a poco, paso a paso me iba encontrando mejor.
Pasando por Alcalá pensé en que había alcanzado mi primer objetivo ¡tener la
mitad de la carrera realizada! Esto fue un plus para recuperarme.
Metro a metro, kilómetro a kilómetro
me iba encontrando mejor. Seguían las llamadas y las conversaciones con
compañeros hacían que no pensase en mis problemas. Y lo que verdaderamente hizo
que me recuperara del todo fue la entrada a MI PUEBLO, dios mío que recibimiento,
fue algo increíble, no encuentro las palabras para describir lo que sentí, es
imposible describirlo, solo es entendible si lo vivís como yo lo viví. Ese
recibimiento y esa despedida en la vida se me olvidarán. De aquí quería darles
las gracias de corazón a todos y deciros que os quiero.
Proseguí mi camino y llegué a mi
casa, donde recogí agua y comida, salí rápido y sin enfriarme, y volvió a
aparecer Bartolo para darme los palos. Bartolo se hizo los 101 Km para estar con
nosotros, sigo insistiendo en que eres un grande!
Pues bien, ya me quedaban 40 Km que sin duda eran los
más duros de la carrera. A pesar de todos mis problemas, llegué a esa parte súper
motivado y sin ningún tipo de dolor y esto hizo que aprovechara para correr.
Estaba anocheciendo cuando iba
llegando al cuartel y es ahí cuando dije ¡ESTO ES MIO! En el cuartel comí un
poco y salí como un rayo para comerme la Ermita! Y así fue, subí la Ermita a
muy buen ritmo. Y es que cuando te encuentras a ti mismo no tienes límites.
Pasando Montejaque, Benaoján y la
Estación, pusimos rumbo a los últimos 10 Km . Fueron muy duros, ya que después de 90 Km el cuerpo va cansado,
tienes ampollas y si encima te meten dos cuestas de regalo… Pero mi cabeza
estaba en su sitio y sabía que podía con eso y MÁS!
Pasando la ruta de los caballos ya se
veía Ronda, esto fue una sensación fantástica!!
Nos dirigimos al Puerto de la Muela,
que se hizo un poco pesado pero bueno, había que seguir. Antes de llegar me
torcí el tobillo, pero no podía parar ya que si me enfriaba podía ser peor.
Pasado el Puerto de la Muela solo
quedaban 1,5 km ,
me quedaba la cuesta del cachondeo… un nombre muy apropiado…
Me planté en la cuesta del cachondeo
y comencé a subirla casi corriendo de las ganas que tenía de acabar y porque
podía y me sentía muy bien. A la mitad de la cuesta me encontré a un
participante que se tiró al suelo diciendo que no podía, así que pare a decirle
que esto lo terminábamos, le dí mis palos y subimos. Faltando unos metros para
terminar de subir me dijo que iba a descansar un poco y luego seguiría para
acabar la carrera. Yo proseguí mi camino, me propuse correr hasta la meta y así
fue, enorme la expectación que seguía habiendo!!
Ver la entrada de la alameda fue algo
magnifico. ¡¡LLEGUÉ!! ¡¡ LO CONSEGUÍ!!
Allí en la meta estaba Laura, mi
novia, la persona que ha estado conmigo cada segundo y antes de entrar me fundí
en un emotivo abrazo. ¡GRACIAS!
Ya estaba hecho, entre a meta y me
pusieron el famoso y ansiado ladrillo. Imposible de describir lo que se siente
en ese momento.
Para darle fin a este relato, quería
agradecer a todas y a cada una de las personas que han estado ahí apoyándome, dándome
fuerza, confiando en mí siempre.
Agradecer por las continuas llamadas,
por los continuos ánimos, por los ¡VAMOS TÚ PUEDES!
¡OS LO AGRADEZCO DE CORAZÓN A TODOS! ¡OS
QUIERO!
enhorabuena Ismael!! Tremenda gesta la conseguida y magnifica crónica, que me ha hecho emocionarme...eres un crack!!!
ResponderEliminarFelicidades Isma!! Además de un gran cientounero y gran persona, eres un gran cronista.
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