miércoles, 21 de noviembre de 2012

Crónica de la Media Maraton de Granada (por Jose Márquez)

Mi aventura granadina comienza el Jueves antes de la carrera cuando Sebastián, Bartolo, Cedeño y  yo salimos a entrenar para la media con la fantástica cantera que tenemos, los cuales vienen apretando muy fuerte, por la ruta conocida como “La suave”,  que para los que no la conozcan es la misma ruta que hicimos en la marcha solidaria. Pues bien, tras terminar este entreno y limpiarme todas las pergañas de barro que había cogido en el camino, me fui a hacer algunas de las tareas que tenía pendiente, y en una de las veces que me agache noté un pequeño pinchazo en la parte trasera de la pierna derecha que hizo que me saltaran las alarmas para el gran reto que tenía por delante, mi primera media maratón.
Esas malas sensaciones que me pasaron por la cabeza se las transmití a Sebastián el Viernes cuando fui a entregarle la autorización para que me recogiera el dorsal, ya que tanto él como Cedeño se iban a Granada al día siguiente Sábado para pasar el fin de semana allí junto a sus familias, pero bueno, pensaba que el día que me quedaba de descanso sería suficiente para recuperarme del todo.
Llega el Sábado y quedamos en el Pub Rivera para ver a qué hora y cómo nos íbamos a desplazar hasta Granada al día siguiente y ¡cómo no!, para ver los respectivos partidos del Barcelona y del Madrid; tras unas cervecitas en lo de Francisco, unas risas al ver al nuevo modelo del club, Cedeño, posando con la camiseta que nos daba la organización de la carrera y unas copas de vino tapeando nos fuimos a la cama a eso de las 00:30.
A las 6 de la mañana y después de no pegar ojo en toda la noche, me levanté  y esperé a que llegaran a mi casa Bartolo y Javi ya que yo era uno de los que llevaba el coche a Granada. Una vez que llegaron nos fuimos a la parada de autobuses para reunirnos con José, Ismael y Francisco que se iban en el coche de José. Allí tuvimos el honor de asistir al preestreno de los videos que ha hecho “Estudios Reina” los cuales fueron sencillamente geniales, ¡Este no para de sorprendernos!
Tras un rato de camino y de charla sobre cómo nos estaba aguantando la lluvia nos paramos en la gasolinera BP de Antequera para desayunar y poder comernos esos fabulosos molletes y reponer fuerzas para la carrera.
Una vez que llegamos a Granada a eso de las 9:15 buscamos aparcamiento en la zona donde empezaba la carrera y terminamos aparcando en los aparcamientos del LIDL que por suerte estaban abiertos, así que una vez aparcados, cogimos las mochilas y nos dirigimos hacia el pabellón donde nos estaban esperando Sebastián y Cedeño con los dorsales que recogieron el día anterior para irnos a cambiar a los vestuarios, que por cierto, fuimos unos privilegiados porque tuvimos unos vestuarios en los que sólo nos estábamos cambiando los Artanacas y en los que de vez en cuando teníamos visitas de algunas chicas muy sorprendidas al vernos, ¿Sería por que nos metimos en los vestuarios de las mujeres?, ¡Qué caras ponían al vernos! Seguro que lo primero que pensaron era “Ea, ya me he equivocado de vestuario”, ¡Que cachondeo tuvimos! Después de este gran momento nos fuimos directos a la pista a dar unas vueltecitas de calentamiento y posteriormente al cajón de salida donde nos encontramos con Jesús Robles que también participaba en la media maratón.
Transcurridos unos minutos de espera en los que todos tenemos esa sensación de hormigueo en el estomago y ansias de empezar, escuchamos la señal de salida que tanto subidón de adrenalina da y comenzamos a andar mientras la aglomeración de gente se clareaba y pudiéramos echarnos a correr.
En la primera parte de la carrera hacíamos una especie de “X”, por lo que nos cruzábamos con los que iban delante nuestra,  en la primera cruzada era donde te dabas cuenta da la cantidad de gente que había y cuáles eran las personas que iban a disputar la carrera porque el ritmo de cabeza de carrera era impresionante. En los primeros kilómetros todos estábamos juntos corriendo pero poco a poco vi como Javi, Ismael, Bartolo, Jesús y Cantalejo se iban marchando cada uno a su ritmo y nos quedamos Cedeño, Sebastián y yo. Los primeros kilómetros iban pasando y mis sensaciones no eran nada buenas, desde el primer kilómetro me di cuenta que la carrera iba a ser larga, me encontraba cansado y las piernas no estaban tan frescas como debían estar en los primeros kilómetros, no sé si era por el pequeño pinchazo que tuve días antes, por el bochorno, que aunque no estuviera lloviendo había mucha humedad y muchísimo calor o todo estaba en mi cabeza, la cuestión es que me encontraba con mucha dificultad para seguir el ritmo que Sebastián y Cedeño estaban imponiendo, este “sufrimiento” solo se aliviaba con el ánimo de todas las personas que nos iban animando por las calles y sobre todo con el gran apoyo brindado por Abel, Isabel, María y las familias de Sebastián y Cedeño. Seguían pasando los kilómetros y mis sensaciones no cambiaban, así que sobre el kilómetro 14 de carrera decidí tomarme un gel de glucosa para reponer fuerzas y así aguantar el resto de carrera en las mejores condiciones posibles; mientras que me tomaba el gel, vi como Cedeño se adelantó un poco y posteriormente vimos como se alejaba de nosotros pero sin perderle en el horizonte, así estuvimos unos kilómetros pero finalmente en cuando dejamos atrás las rectas y nos metimos en un callejeo lo perdimos de vista, posteriormente lo veríamos de nuevo no muy lejos de nosotros en un cambio de sentido próximo a la meta que hacía el recorrido.
Una vez que me tomé el gel, ¡Milagro!, poco a poco me sentía mejor y todas las malas sensaciones que tenía en el inicio de carrera se esfumaron, las piernas iban y ya no pensaba tanto en la pequeña lesión que arrastraba, así que decidí que era hora de devolverle a Sebastián la gran ayuda que me brindó en el tramo anterior de carrera, me puse a tirar junto a él y poco a poco fuimos adelantando cada vez a más y más gente y con este nuevo ánimo hasta había tramos en los que era yo el que motivaba a Sebastián para aumentar el ritmo y llegar fuertes a la meta. En la entrada del estadio saludé a Sebastián agradeciéndole su ayuda y cruzamos juntos la meta, en ese mismo instante tuve una gran sensación de alivio y de superación personal ya que había superado mi primera media maratón.   
Tras cruzar la meta nos encontramos con Cedeño que había llegado un minuto antes y después de saludarnos nos fuimos al interior del pabellón para tomar algo de líquido y alguna pieza de fruta y reencontrarnos con los demás artanacas para recoger las mochilas y ducharnos. Esta vez en el vestuario de los hombres porque en el de las mujeres no nos dejaron. ¡Jo, qué pena!
En un bar cercano al pabellón nos estaban esperando Jesús y los demás Setenileños, así que fuimos al coche a dejar las mochilas y coger dinero y nos tomamos unas tapas con ellos. Poco después emprendimos el camino de vuelta a Setenil con la intención de parar a comer en el camino y así poder ver la carrera de F1 tranquilos y que el camino no se hiciera tan largo. Al ver en la carretera unos bares que tenían buena pinta nos paramos y entramos en uno de ellos, ¡Mala decisión! porque después que el camarero nos echara encima a Bartolo y a mi toda la basura que había en la mesa al limpiarla y tras muy malos modales de este, nos vimos en la obligación de levantarnos de la mesa e irnos al bar que estaba al lado en el que comimos muy bien. Una vez comidos, continuamos el regreso a Setenil y llegando a Campillos empezó a caernos toda el agua que no nos había caído durante el día, parecía el diluvio universal y que perduró hasta que llegamos a Setenil.
Como conclusión a la crónica de mi primera media maratón, quiero agradecer a todos el gran día que pasamos en Granada y expresaros la lección que aprendí ese día:
 "No te preguntes que pueden hacer tus compañeros por ti, pregúntate que puedes hacer tú por tus compañeros porque no se fracasa hasta que no se deja de intentar."










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